Bendícenos, oh Eterno, Dios nuestro,
en todas las obras de nuestras manos
y bendice nuestro año
con rocíos benévolos, de bendición y donación.
Que en su final haya vida, saciedad y paz
como en los años buenos para bendición,
pues Tú eres un Dios bueno que hace el bien y bendice los años.
Bendito eres Tú, Eterno, que bendice los años.
(De la Amidá o 18 Bendiciones , rezo silencioso y diálogo personal entre la persona y Dios. Se recita diariamente en tres momentos del día, mañana – Shajarit- , tarde- Minjá – y noche-Arvit).