Me ha resonado mucho esa frase del evangelio de hoy. Y es que no se molesta en dar más explicaciones. No sabemos si escogió a Tomás por ser más alto, a Bartolomé por ser más listo o a Felipe por… ¡yo que sé por qué! Es por que sí, porque Jesús quiso. Y mira que alguno salió luego un poco rana… pero no pasa nada…
Y esto me hace preguntarme: ¿Qué quiero yo? Porque muchas veces no hace falta darles tantas vueltas a las cosas, muchas veces quererlo es razón suficiente. Y es que ¿Cuándo no ha sido suficiente razón el amor? Siempre he pensado que si eligiéramos nuestros estudios porque es lo que queremos y no porque sirven para algo, ya haremos luego que nos sean útiles. Ocurre esto con tantas cosas… ¡Cuidado que nos vence el “utilitarismo”!
Te invito a hacerte la misma pregunta: ¿Qué es lo que quieres?
¡Feliz día!