Qué difícil resulta alcanzar el equilibrio en lo cotidiano, cuando el tiempo -y la vida- se nos escurre de las manos, entre todas las tareas que nos apremian. También es cierto que no siempre es factible pararse… Que se lo digan a Marta, ocupada en atender a Jesús lo mejor posible…, o a ti, con tu familia, tu trabajo y mil asuntos pendientes.
Por eso, a veces, nos sorprendemos a nosotros mismos multiplicándonos, para poder llegar a todo lo que tenemos que hacer a lo largo del día. Sin quererlo, nos convertimos en personas “multitarea”, pero incluso siendo conscientes de ello y sabiendo que no nos hace bien, dejamos que lo urgente se anteponga a lo importante, el hacer al ser…
Quizá hoy sea un buen momento para preguntarte a qué das prioridad en tu día a día y si realmente estás viviendo como quieres vivir, dando lo mejor de ti mismo a quienes tienes más cerca, desde una vida plena, verdadera y consciente, siempre desde Él y con Él… Porque solo una cosa es necesaria… Ojalá, hagamos lo que hagamos, seamos siempre capaces de escoger la mejor parte…