Y de nuevo otra afirmación chocante y agitadora… que los últimos serán los primeros… entendido así, sin anestesia ni nada… sin estar en la cola del supermercado para que alguien lo diga como puro refrán…. No sé… no casa con el mundo…
Me cuesta todavía hoy entender que ni la justicia, ni el sistema de igualdad, ni la ley, ni la ecuanimidad de Dios… tienen nada que ver con las del mundo.
Hemos avanzado tanto en todo… 2000 años (muchos más) de estudios filosóficos, éticos, morales, sociales, tecnológicos… para descubrir que en nuestro corazón de seres humanos sólo cabe esperar nuestro jornal… y exigirlo en función de lo dado.
¿Y si en vez de pedir lo que se nos debe tan constantemente nos diésemos a dar lo que debemos?
Yo, que vivo rodeado de niños, entre el colegio y mi casa… me he dado cuenta de que es una característica muy común en los pequeños… “tengo muy claros cuáles son mis derechos… ahora bien… ¿mis deberes?” También como niños es muy frecuente cuando se le llama la atención a uno: “a ver Menganito, no hagas eso…” que responda… “es que Fulanito también lo ha hecho!” (Como si el haberlo hecho otro te acreditase a ti… como nombrando la injusticia de que al otro no se le ha dicho nada…) yo siempre respondo… “es que no estamos hablando de Fulanito, estamos hablando de ti…”
Igual es que como mundo… aún somos niños…