Durante la celebración de la misa, al comienzo de la plegaria eucarística, repetimos unas palabras que se han quedado grabadas en nuestro imaginario colectivo pero de las que realmente desconocemos el significado profundo… “es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre”.
Nuestra sociedad actual padece una falta de sentido de la vida cuasi crónico, vagamos buscando una razón para existir y resulta que en cada Eucaristía, Dios a través de la liturgia nos está hablando y nos dice “sé agradecido”. “Tu salvación, la salvación de tu vida está en dar gracias”, gracias a nuestros padres por darnos la vida, gracias a la naturaleza por darnos una casa común y sustento y sobre todo gracias a Dios pues Él lo es todo, nos ama y nos lo da todo.
A lo largo del día hoy, me uniré al agradecimiento del leproso samaritano curado y sonreiré a Dios dándole las gracias simplemente por estar.