Estar con el Maestro es siempre tener a punto el “petate” para salir. Es seña de identidad.
El trato y el contacto con Él irradia pasión por los caminos, pasión por los encuentros, pasión por los contactos… Su corazón es experto en salidas y por ello no cabe encerrarse; nada de autocomplacerse, nada de curvarse narcisistamente… (іlas estufas son solo para el invierno, nada más!)
Y además el Maestro es experto en salidas con lo puesto. Y lo puesto es solamente libertad: en el corazón, en las intenciones, en los deseos, en las formas… El mal solamente se expulsa con libertad, con amor desnudo. Y el bien solamente arraiga cuando no hay interferencias de otros intereses (solo el bien del otro, solo el bien de los otros…).
Vamos a estar mucho con Él… para salir mucho más, con mayor libertad, sembrando el bien. Vamos ya.