Jesús dice de Natanael: Ved aquí a un israelita de verdad. La mirada de Jesús es certera, traspasa la superficie para ir al corazón de las personas y de las cosas, de la historia. ¿Qué podría decir de mí? ¿qué piensas que ve en ti? Buena pregunta para hoy.
Jesús nos invita a ver cosas mayores. Nos invita a aprender de su mirada penetrante y conocerle también a Él, el Emmanuel, Dios con nosotros que ha “descendido” de cielo y nos ha abierto las puertas de acceso a él. Nadie conoce al Padre sino el Hijo y a aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Podría hacerlo directamente, pero a veces prefiere utilizar mensajeros, mediaciones. En forma de ángeles se manifestó a Abrahám, y a María de Nazaret, y a Tobías… y creemos que los ángeles nos siguen enviando mensajes, compañía, fuerza, salud, de parte de Dios. Cuando yo era pequeña, desde mi fe infantil reservaba siempre un ladito de mi asiento para mi ángel de la guarda. Hoy me hace sonreír y quiero creer que mi fe se ha hecho algo más adulta, pero no quiero perder la sencillez de la fe en Dios que me sigue hablando y acompañando, porque me quiere, porque soy su hija.
Las madres siempre dicen que los ángeles existen porque si no más de una desgracia acabaría con sus niños… ¿lo crees tú? ¿por qué? Abre los ojos y verás.