Parece que no hay lugar para medias tintas. Y la verdad es que con las cosas del creer… no vale quedarse a medias. ¿Cómo es creer a medias? ¿Es eso posible? Seguro que muchos de vosotros igual que yo, habéis tenido épocas en las que vuestra fe era más fuerte y otras en las que menos, en las que la negación o la omisión ganaban… Y seguro que no hace falta que os pregunte en qué época erais más felices.
Pero lo que más me llama la atención de la lectura de hoy es que sólo habla de los creyentes: “El que crea y el que se resista a creer”. Y para resistirse a creer, hay que ser creyente ¿no?
¿Tú como vives tu fe ahora? ¿Te resistes a creer? Y ¿No es cuando no quieres creer, cuando más daño te haces? ¿Cuándo estás en batalla? Sin embargo, cuando te rindes, aunque haya dudas ¿No sientes alivio?
¡Señor hazme dócil!
Estas cosas del creer, a veces me parecen que van al revés.
Feliz día a todos