El evangelio de hoy es la continuación del evangelio de ayer. Trae el comentario de Jesús respecto de la reacción negativa del joven rico.
“Os lo repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos». La frase hiperbólica de Jesús sobre el camello y la aguja causó inquietud a los discípulos. ¿Qué quería decir Jesús con esta frase? El proverbio del camello y del ojo de la aguja se usaba para decir que una cosa era imposible, humanamente hablando.
Pero lo que ofrece Jesús al joven no es el modo de alcanzar la Vida eterna, sino cómo entrar en su grupo, donde, además de conseguir la Vida, participará en la construcción de la nueva comunidad humana llamada «el Reino de Dios»; para esta tarea, las condiciones son diferentes.
El trasfondo de la incomprensión de los discípulos despunta en la pregunta de Pedro: “Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué recibiremos, pues?” A pesar de la generosidad tan bonita del abandono de todo, mantenían la anterior mentalidad. Abandonaron todo para recibir algo mejor a cambio. ¡No habían entendido aún el sentido del servicio y de la gratuidad!
¿Cómo entiendes tú el “ser cristiano” y seguir a Jesús?