El deseo nace en nuestro corazón para el bien de nosotros mismos y de los demás. Jesús en el Evangelio de hoy pregunta a la madre de Santiago y Juan “¿Qué deseas?” Esta pregunta nace de su corazón, atento a la necesidad de esta madre. Pero la repuesta de la madre de Juan y Santiago era lejana a la exigencia del seguimiento a Cristo, que es el servicio a los demás.
Si Jesús te pregunta ahora “¿Qué deseas?” ¿Cuál sería tu respuesta?
Ojalá que seamos capaces de reconocer nuestros verdaderos deseos y tengamos la valentía de incluir en ellos a las personas que están a nuestro lado.