El pan del cielo ha eclipsado la verdadera bebida. Pero hoy, al leer el Evangelio, me ha venido la imagen de una conocida bebida que asegura dar chispa a la vida. Otras prometen darte alas. Hoy hay pasión por el agua embotellada, que aparece como fuente de salud. Y es doloroso contemplar la despersonalización de quienes han encontrado el alivio en otra bebida de la que ya no es capaz de prescindir.
No sólo esta última, todas esas son falsas, son farsas. Solo Tú eres el elixir de la vida. Sólo Tú eres la verdadera bebida. Beberte es vivir, vivirte es vivir, Tú en mí, yo en Ti. Beber tu vida es beber la Vida. Por mis venas, tu Sangre; en mi sangre, tu Vida; en mi vida, tu Vida; en mi vivir, tu Vivir. Mis labios, húmedos de Vida; mi paladar, saboreando la Vida.
Beberte. Tú eres mi bebida, Tú eres mi Vida. «Vivo yo, pero no yo, es Cristo quien vive en mí»
Hoy Te bebo, hoy Te vivo.