Pasábamos con una amiga por un hotel muy lujoso de la ciudad, al mirar para adentro ella expresa: ¡Qué hermosa lámpara! Era verdaderamente imponente, inmensa, con varios cristales que colgaban. Yo la miré y dije: ¡imagínate que desastre si esa lámpara se cae! Me miró y me dijo: ¿siempre tienes que encontrarles el lado negativo a las cosas, no puedes ver lo bueno? Aquel día hubo un clic en mí. Me di cuenta que siempre miraba lo negativo de los acontecimientos, como quién diría, el medio vaso vacío en lugar del medio vaso lleno y que nunca podía disfrutar del todo las cosas.
Rezando la Palabra de hoy venía esta experiencia a mi corazón. ¿Es que acaso no podemos ver lo bueno? “No tengan pánico” nos dice Jesús hoy, “qué nadie los engañe”. No hay tormentas o calamidades en nuestra vida, en la sociedad misma, en la que Jesús no tenga una Palabra de esperanza. Algo nuevo está naciendo en esta “nueva normalidad” que hoy nos toca vivir, algo nuevo está naciendo en estos nuevos acomodos que tenemos que hacer.
¿Qué respuestas hemos ido dando como discípulos de Jesús en este tiempo? ¿somos profetas de calamidades o profetas de esperanza? ¿Somos ECO de la Palabra de Jesús?