¡Felicidad!, alegría, seguridad, éxito, amor, serás importante, excelente…” son las palabras más frecuentes que aparecen en los ‘spots’ publicitarios. Una felicidad para comprar y para ser vendida. ¡Bien! es lo que buscas, es lo que deseas. Lo bueno, lo bello, lo verdadero, lo justo … esto es lo que nos atrae. ¡Ojalá todo lo que se produzca, se haga, realmente sea bueno, alegre y bello para todos! ¡Cuántas veces, sin embargo, lo confundes con lo brillante y reluciente! Nos engaña la apariencia.
Parece que a los discípulos los costó también comprender en qué consisten los logros y cuáles son los modelos del Evangelio para alcanzarlos. Por eso, aunque las palabras de Jesús sobre su destino son muy difíciles, intenta traducirlas a sus amigos. Nos encontramos así varias veces con el ‘spot’ publicitario de Jesús sobre una vida lograda: ponte a servir en este mundo, no somo “salvador” o “salvadora”, que quiere resolverlo todo, sino como colaborador; un acompañante más que maestro. Ponte a hacer algo para los demás. Gratuitamente, como una madre o hermano que acoge a un niño. Para eso bájate, desciende a su altura para cogerlo en brazos. No digas que solo tratas con personas adultas o maduras.
Ir bajando es una buena preparación para entrar en la Cuaresma. Ya mañana.