Tú eres la fuente de vida, agua clara, manantial,
río, caudal rebosante, mar abierto, inmensidad.
Yo soy sólo recipiente, vaso de poco caudal,
Pobre, angosto, pequeño; soy barro, fragilidad.
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Pero quiero en tu agua saciar mi sed de verdad,
ensancha, pues, mi vasija; dale más capacidad,
y para no retener el agua que Tú me das,
hazme acequia abundante que dé vida a los demás.
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Porque sólo con tu agua la sed se puede apagar.
¡Bendito Tú, que has querido hacernos capacidad!
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