Dicen que siempre nos escuchas,
que nuestras alegrías y nuestras miserias nunca caen en saco roto.
Y creo que es verdad, porque he sentido tu aliento en tantas tardes vacías
Y tu presencia amable y dulce cuando mi corazón te agradecía feliz.
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Dicen que siempre nos escuchas,
y nos aúpas hacia Ti, y nos crecen alas.
Y es entonces cuando nuestros ojos ven mejor,
nuestros pies llegan más lejos,
nuestra espalda sostiene más hermanos,
nuestro corazón vive con más intensidad y ternura.
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Dicen que siempre nos escuchas,
y cada oración que llega a Ti es un brazo que nos aúpa contigo,
Y así, oración con oración, clamor con clamor compartido,
somos uno, somos familia, somos tuyos.
Y a fuerza de subir hasta Ti -cada vez que te pedimos y otros piden-
cada día seremos un poquito más altos.
Más tuyos.
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