Cada persona se mueve y sustenta gracias a distintos apoyos. Sin embargo, estos apoyos pueden caerse por distintas experiencias y circunstancias de la vida, como podría ser una pérdida unida a una determinada manera de gestionarla.
También pueden caerse por un encuentro con el verdadero fundamento de nuestro ser, dejando en entredicho cualquier otro apoyo:
Ante Tu Presencia
nada me interesa
todo cae
ni danza,
ni estudios,
ni religiones,
ni buenos propósitos
esfuerzos o penitencias…
todo es vacío
nada calma
todo es despropósito
Solo Tú colmas
Solo Tú eres
Solo Tú
Presencia
Presencia que llenas
el ambiente, la vida
la carencia
Presencia que colmas
Presencia que me hace presencia.
Ser que me hace ser.
Lo demás, nada.
Victoria Hernández, Diario espiritual
22 noviembre 2011
¿Dónde me apoyo?
Puedo disfrutar de todo, sabiendo que todo es nada al lado de la Presencia, de Dios. Sabiendo que todo es fugaz, efímero. Hoy lo disfruto y mañana puede que no. Lo acojo y lo entrego. Si mañana se me vuelve a regalar vuelvo a acogerlo y vuelvo a entregarlo en un círculo sin fin que me permite vivir en libertad y en la paz de quien no pretende acaparar y hacer suyo lo que es un regalo de la vida, de Dios.
¿Vivo desde el agradecimiento por lo recibido? ¿Puedo entregarlo?
Me acojo, pueda o no pueda entregar lo recibido. O quizá puedo entregar algunos aspectos de mi vida y otros no. Me escucho, tomo consciencia de mi realidad, la acojo y la presento ante el Señor de la Vida.
Ésta es la invitación: vivir desde el agradecimiento por lo recibido, y a la vez, vivir entregándolo.