SEÑOR DEL TIEMPO Y DE LA VIDA
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Él envía el rayo y él va, lo llama y le obedece temblando; a los astros, que brillan gozosos en sus puestos de guardia, los llama y responden: ¡Presentes!, y brillan gozosos para su Creador
(Bar 3,33-35)
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Así eres Tú, Señor del tiempo y de la vida:
Tú, que llenas de ritmo y compás cada cosa
Cada latido
Tú que conoces mis tiempos y mis pausas
Mis idas y venidas
Mis aciertos y atropellos
Mi música y mi silencio.
Acompásame, Señor, contigo
Que respire con tu aliento
Que camine con tus pasos
Que mire con tus ojos
Que responda con tu voz
Que escuche con tu amor
Que ame con tu libertad
Y mi corazón, pobre y gastado,
se llene de Espíritu
soplando agradecido:
Tú, mi ritmo.
Tú, mi compás.
Tú, mi silencio.
Tú, primer y último latido.
Tú, Señor de mi tiempo y de mi vida.